“Pensé en
algún momento que extrañaba acariciar el teclado del piano en las madrugadas
para darle voz a las emociones y sentimientos era la tortura más triste que
hasta este momento vivía pero ahora que cada vez siento más tu ausencia y anhelo
sentir tu aroma, tu compañía y deslizar mis manos y mis dedos por tu cuerpo, mi
locura sube como las escalas en crescendo hasta llegar a una desquiciada mezcla
que no encuentra calma más que en el tono de tu voz y en tu mirar …”
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