viernes, 9 de noviembre de 2018

Buscando un propósito al resto del camino

Me dentengo un momento y me siento sobre un viejo tronco seco que encuentro en el camino y que de alguna manera da a entender la realidad de lo que me redea y me espera. Aprovechando un poco de sombra que las nubes dan al tapar el sol en ese instante veo al cielo y con una mirada nublada por las lágrimas respiro profundo, reflexiono, pienso y medito.  Soy un milagro! Un testimonio viviente del poder, bondad y amor de Dios!  Lo digo no porque crea que me ame a mí sino porque ahora estoy consiente del gran esfuerzo que tengo que hacer cada día por no entregarme a lo que se ha convertido en mi mayor deseo y anhelo:  Dejar de sentir, no sufrir más. Desaparecer. Simplemente, dejar de existir ya.  Esa fuerza y voluntad ya no son mías. Son prestadas. Me las da Dios mismo cada día pues sin querer ser blasfemo creo que ya hasta él se ha dado cuenta que no hay nada que hacer.  Puede que mi postura sea egoísta. Sí, lo admito, pero como me dijo una vez una persona muy querida y cercana a mí: "si yo no pienso en mí, quién lo hará?"   Estoy cansado, agotado física, emocional, espiritual y mentalmente. Siento que cada día es una maldita rutina donde estoy atrapado en una prisión cuyas frías y odiosas paredes se han extendido a tal punto que no puedo expresar lo que siento, lo que realmente quiero ni necesito y que si lo hago aún así sería como una suave brisa a pleno medio día con ese sol infernal: Cada palabra igual que cada gota de esa brisa se secarían inclusive antes de caer.  Cada día prisionero forzado a hacer lo que se debe y alejandome de lo que realmente quiero hacer.
Vivir en paz no tiene nada que ver con esa paz de cementerio a la que siento que he sido condenado y que confieso haber aceptado voluntariamente porque hay una inocente alma que depende de mí.
Respiro profundo y me duele el pecho, el corazón me salta y no puedo evitar las lágrimas al entender que el tiempo avanza, las fuerzas se acaban y la paciencia se agota mientras el dolor y la carga se agrandan volviendose insoportablemente más pesadas a cada hora  y el deseo de vivir -aún así sea por amor a otros- está llegando a su fin...

martes, 6 de noviembre de 2018

El Péndulo

Como un péndulo balanceándose eternamente entre el deseo y la indiferencia cada paso, cada segundo marcando rítmicamente como en una marcha fúnebre
el avance de una existencia triste algunas veces, dolorosa otras.  La imagen no se borra de la mente.  Un péndulo.  Ese tranquilo y suave mecer de un objeto colgado a un punto fijo como queriendo decir aquí estuve, aquí ya no estoy...

domingo, 4 de noviembre de 2018

Emprendiendo el camino nuevamente

"El agotamiento, la depresión, la desesperación y el dolor son cargas cada vez y cada día más pesadas en un camino donde prevalece la desolación, la soledad y donde el sol quema sin compasión pero por lo menos aún podemos decir que brilla..."